En 1926 apareció publicada su primera novela, El juguete rabioso. Comenzó en esta época a escribir en la revista Mundo Argentino. Dos años después ya era redactor de los diarios El Mundo, Crítica y La Nación.
En 1929 la editorial Claridad publica su segunda novela, Los siete locos. Sus cuentos se publican en El Hogar, Metrópolis, Azul, mientras sus aguafuertes ya son famosas y esperadas. En 1930 se vincula con la Liga Antiimperialista contra Uriburu, también firmará el manifiesto por la creación de un sindicato de escritores revolucionarios. En 1931 aparece Los lanzallamas, segunda y última parte de Los siete locos. Un año después aparece su última novela, El amor brujo, y empezó a sentirse interesado por el teatro. Estrenó su obra Trescientos millones.
En sus relatos se describe de modo descarnado e intenso las bajezas y grandezas de personajes inmersos en ambientes indolentes. De este modo retrata la otra Argentina, no la de las clases bienpensantes sino la de los recién llegados, la de los inmigrantes que intentaron insertarse en un medio regido por la desigualdad y la opresión. Esto le costó el desprecio de la élite cultural de su época que además lo acusó de escribir de un modo "descuidado".
Sin embargo, la obra de Arlt respira una vitalidad poca veces igualada en la literatura argentina del siglo XX y detrás de sus incorrecciones se asoma la gestación de la nueva realidad social de su país. En los años subsiguientes a su muerte ganó el merecido reconocimiento de la crítica, Cortázar fue el primer autor en reivindicar abiertamente su obra, y actualmente es considerado como el primer autor moderno de la República Argentina.
1926 - El juguete rabioso
1929 - Los siete locos
1931 - Los lanzallamas
1932 - El amor brujo
Cuentos
1933 - El jorobadito1941 - Viaje terrible
1951 - El criador de gorilas
1940 - El crimen casi perfecto
Teatro
1932 - Trescientos millones
1938 - La isla desierta
1947 - Prueba de amor
1950 - Saverio el cruel
Aguafuertes
1933 - Aguafuertes porteñas
1936 - Aguafuertes españolas
Distribución completamente legal atenida a la Ley de Caducidad de los Derechos de Autor de Argentina, la cual establece la caducidad en los 70 (setenta) años post-mortem.